Author : Vilar Esther
Title : Modelo para un nuevo machismo
Year : 1977
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Capítulo 1. Qué es lo varonil. 1.1. Varón = penado. El varón -tal y como se decía en la primera parte de este trabajo- viene al mundo para estar encerrado. Pero a él esto no le parece una atrocidad, puesto que desde el principio se le prepara para esta vida: no espera otra cosa. Dado que prácticamente todos los hombres están encerrados, él lega a ver su reclusión como algo positivo -la confirmación de que él es totalmente normal- y califica su destino, no sin cierto orgullo, de varonil. Pero es que tiene una jerga muy peculiar: a sus guardianes los llama superiores; a la pena, cumplimento del deber; a la administración del penal, dirección y al elogio por buena conducta, reconocimiento profesional. Cuando es objeto de uno de estos elogios, se siente en seguida mucho mejor: entonces dice que su trabajo le satisface. Como no podía menos que ocurrir en la segunda mitad del siglo xx, la aplicación de la pena ha sido humanizada. Pero su duración sigue siendo la misma: para el hombre, la sentencia es siempre «cadena perpetua». Y es que, a diferencia de la aplicación de la pena «real», el criterio que rige no es la peligrosidad del delincuente para la sociedad -es decir, para aquellos a los que no se encierra- , sino su utilidad, el tipo y la duración de la pena no dependen del delito, sino del rendimiento. y puesto que el hombre rinde más cuando está descansado, se le manda a casa a intervalos perfectamente determinados para que conviva con las personas por las que está cumpliendo sentencia. Por lo demás, queda libre de la pena cuando empieza a resultar poco rentable: por incapacidad física o después de un trauma psicológico. De manera que el hombre sano que desee interrumpir momentáneamente el cumplimiento de la pena -su delito consiste en ser hombre- tiene que simular una enfermedad o la pérdida de un ser querido. Pero si lo hace muy a menudo o se le descubre la trampa es degradado y tiene que encargarse de los trabajos más humildes del establecimiento. y también sus visitas a los de fuera resultan a consecuencia de ello más ingratas. En cuanto se comprueba que, para mantener el rendimiento del delincuente, no bastan breves periodos de descanso -lo cual suele ocurrir, aproximadamente, al cabo del año- se le deja en libertad durante varios días consecutivos. Se le recomienda que pase este periodo en un medio distinto al habitual, pues así se repone mejor y, gracias a las nuevas impresiones que recoge durante el asueto, soportará mejor las viejas. y cuando, a su regreso, se cierran de nuevo las puertas tras él, se alegra de haber vuelto. es una suerte hallarse aquí otra vez -dice a sus compañeros-, estar siempre de vacaciones, ¡qué aburrimiento sería! ...
Gaidoz Henri - Etudes de mythologie gauloise
Auteur : Gaidoz Henri Ouvrage : Etudes de mythologie gauloise Année : 1886 Lien de téléchargement :...