Author : Ledesma Ramos Ramiro
Title : El quijote y nuestro tiempo
Year : 1971
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Prólogo a la primera edición. Tomás Borrás. El prologuista no es un anticipador del libro. Por lo que no se trata ahora de repetir, antes que el autor, lo que el autor dice. Me contento con el papel, modestísimo, de paje de cortina. Antes de presentar la trascortina, que ofrece una panorámica del pensamiento, he de exigir del lector que a lo largo del recorrido de EL QUIJOTE Y NUESTRO TIEMPO, tenga presente que el autor es un muchacho de menos de diecinueve años. Así calará en las calidades excelsas del muchacho, al apreciar la cantidad de talento, prematuramente madurado, con que Ramiro Ledesma Ramos, el superdotado, apareció en la vida. Se trata en este libro, en sus últimas semínimas, de cual sea el ambiente en que ha de trabajar la juventud (la juventud de su tiempo) y cómo se descompone nuestro enigma en dos términos trascendentales: un ente llamado «vida», que envuelve a la juventud, y su íntima pareja, inseparable, llamada «inteligencia». La cultura ha evitado cuidadosamente entrar en el campo de lo irracional (de la vida espontánea, biológica, natural), pues su ambición es superadora de lo instintivo. Ahora —es el 1924— nos hallamos con que el «pienso, luego existo» cartesiano ha fracasado. Porque es imperativo el otro elemento integrador del compuesto, es inevitable, incoercible y forma parte de la sustancia existentiva. ¿Qué hacer? Ramiro da la solución. Como Ramiro no pretende jamás tratar sino con jóvenes, a la juventud la habla de la necesidad urgente que tiene de conocerse a sí misma. Y de dar de lado al cosmos establecido por lo intelectivo, lanzándose a «vivir», o sea a domesticar y superar la «vida». El simple hecho de «estar aquí» ya es grandioso y lleva a la inmortalidad, último fin del hombre. Para lograr esa meta, hay que cultivarse y lograr «el alma individualista» de cada uno, pues la cultura, digan lo que digan los pedantes, no es sino «ansia de otra cosa», y «fuera de nosotros, nada existe». Filosofar así a los diecinueve años es signo y promesa de un futuro eminente. Juega Ramiro con el Quijote —juego de mente pletórica— y saca de él esquirlas, escolios novísimos, personalísimos, manipulando las paradojas con habilidad de dialéctico consumado. Así envuelve la almendra de su teorizar, deduciendo. Desea arrasar cosas decrépitas o mohosas, caducadas y estériles. Mira un horizonte, un porvenir radiante transido de sol de verdad. Es, pues, un revolucionario. Por eso se dirige a quienes aún no han aceptado la situación que hallaron al nacer y pretende infundir en ellos el revulsivo que creará la convivencia y la felicidad sobre otras bases. Luego, cuando construya en 1931 su propia savia, el sistema político que gana la batalla al marxismo, desechándole por falso e inútil, empleará los mismos argumentos: crear la «otra cosa» con la que sueña el joven, en todas las épocas, inconforme y lanzado, y empezar el nuevo camino, liberada el «alma individualista», encarnada ya en un hombre superador. (A la vuelta de la esquina, Nietzsche espera). Es, pues, Ramiro, un anticipado a su época. El joven de 1972 es el que describe en 1924. Tal es el meollo de este deshojamiento del Quijote para hallar su médula oculta. Pues Cervantes es tan esotérico, que cada cual tiene su Quijote, la interpretación propia de su sobrenaturalidad. Y todas son aceptables y ciertas. La de Ramiro se refiere a la disociación que halla entre Don Quijote y Alonso Quijano, el Bueno. Su análisis, que hace zigzags sobre el texto, lo remonta y lo presenta a vista, no a vista de Autor, sino de Creador, el que tiene los secretos de las criaturas, y el sentido de lo que preside Él. ...
Gaidoz Henri - Etudes de mythologie gauloise
Auteur : Gaidoz Henri Ouvrage : Etudes de mythologie gauloise Année : 1886 Lien de téléchargement :...